Somos un río recuperando su cauce
Entrevista a Augusto del Carmen Ponce Bustamante
Don Augusto nació hace 81 años en la casa familiar en Longotoma. Dirigente Social. Creador del Comité de agua de la sociedad agrícola El Trapiche.
El asentamiento fue en los tiempos de Allende. Fueron las primeras palabras de Don Augusto. Luego comenzó a detallar los nombres de los asentamientos: Los Tigres más arriba el asentamiento La Batalla. Abajo el asentamiento San Manuel y cerca de la carretera el asentamiento La Fortuna.
En Santa Marta se llevó a cabo “La Batalla”, ganó la Reforma Agraria y se instaló el asentamiento.
El sindicato del Trapiche (Maitén Largo, Casas Viejas y Trapiche) pidió la Reforma Agraria al Fundo de Carlos Ariztia Ruiz (La Familia Ariztia).
Al Gobierno de Allende le importaba la producción. La Reforma Agraria buscaba la igualdad, mejores condiciones de vida para todos y todas (no sólo para algunos).
Cuando recibimos el asentamiento. No teníamos nada. Luego la producción se cuatriplico. Más de cuatro veces lo que producía el Fundo. Vimos ganancias. Compramos herramientas, tractores, galpones para guardar las cosechas. Llegamos a tener 6000 mil ovejas. Alcanzamos a estar 3 años. En esos 3 años le pagamos al banco los anticipos que sacamos cuando estábamos recién empezando y se realizaron depósitos al banco a nombre del asentamiento.
Había agua en el río. Los canales siempre con agua. Había Tranque. No recuerdo la sequía en esos años. Se regaba agua tendida.
Anticipándose al asentamiento cuando se empezó a venir la Reforma, los empresarios trajeron a los contratistas, tratando sin éxito de debilitar a la organización campesina. Cuando estaba el fundo muchos tenían que salir a trabajar fuera.
El asentamiento consistía en trabajar en comunidad. Estaba organizado por los asentados “los dueños de casa”. La fuerza de trabajo eran los hijos de los asentados. Ariztia cuando se realizó la Reforma Agraria se queda con la Reserva.
Dice Don Augusto “Tengo buenos recuerdos del asentamiento, trabajábamos en comunidad. No había explotación del hombre por el hombre. Sembrábamos trigo de vuelo, se producía con las propias lluvias. Cosechábamos trigo. Camionadas de limones.”
El asentamiento Casas Viejas exportó melones a Cuba.
Se entregó un cordero para cada asentado en Septiembre y cada mes 1 quintal de harina.
El terreno donde hoy está la escuela lo donó el asentamiento, hoy la escuela se llama Carlos Ariztia. El asentamiento entrego el terreno para la actual posta. En la actual sede del adulto mayor, están los cimientos de la oficina del asentamiento el Trapiche.
1973, el Golpe “Fue muy triste para todos”, “Estábamos trabajando muy bien con el asentamiento”.
Vino el Golpe. Hasta ahí no más llegamos. Empezó a venir carabineros a nuestras reuniones, con la escopeta arriba de la mesa. Pusieron un administrador para acabar con el asentamiento. Durante el año que estuvo este administrador se robaron las herramientas y desmantelaron los galpones.
Durante la Dictadura se realizó la parcelación, ésta fue un fracaso.
A 50 años don Augusto dice que no supimos aprovechar lo que ya habíamos tenido, una manera muy distinta a lo que era el patrón. Mucha gente en ese tiempo no entendió lo que era la Reforma Agraria. Muchos querían ser propietarios. ¿Para qué? Se pregunta Don Augusto. Hoy muchas parcelas están abandonadas.
En Comunidad o como Asentamiento no habría pasado ese abandono. Habría producción. Hoy la gente tiene que ir a trabajar para afuera. Si no tienen pozo, no pueden regar. Hay que hacer pozos de 40-50-60 metros ¿Quién puede hacer pozos tan profundos? A muchos no les da. Estás obligado a abandonar la parcela. El Estado podría ayudar a hacer los pozos. Ahora nadie planta lechugas, ni un surco de papas.
Agua debajo de la tierra hay. Los que tienen dinero hacen los pozos y el resto mira.
Políticamente se debió haber orientado mejor a la gente, en comunidad habría más progreso. Modelo de industrialización en comunidad.
Hoy la utilidad es del empresario, ni siquiera ellos trabajan. En el tiempo de los asentamientos, las utilidades eran para la comunidad. En democracia, no nos habrían quitado nunca los asentamientos.
Los principales dirigentes del asentamiento eran democratacristianos, luego los simpatizantes de la izquierda asumieron la directiva. Cuando vino el golpe a los simpatizantes DC no los tomaron presos. Sí nos llevaron a los comunistas, 18 personas fuimos detenidas. Don Augusto, su padre, un tío y una prima pasaron un día, una noche y un día completo (Las Parcelas, carretera 5 norte y a La Ligua), les hicieron trabajar y pasaron por la traumática experiencia de intento de fusilamiento.
Con el Informe Valech recibieron una compensación, sin embargo, su padre no, ya que falleció antes.
Don Augusto comenta que el asentamiento es un mito. “Nos pasó igual que a los mapuches, se demoraron 290 años en recordar que ellos eran los dueños de la tierra (gracias a las escrituras antiguas)”.
Respecto al Agua y la actual sequía, Don Augusto dice que es por el cambio climático, llevamos 10 años malos. Yo conocí años donde llovía semanas enteras. Después ya no llovió más.
Insiste en que hoy faltan dirigentes que renueven esto, que exijan que se devuelva la tierra a los campesinos.
Asume sus fallas, cuenta que entre setenta personas compraron el cerro “la sociedad agrícola el trapiche”, la parcelaron y muchos vendieron. Por el deseo de ser propietarios, quedamos sin nada.
Por el hecho de que nuestros padres ocuparon esa agua. ¿Qué hacemos con esos derechos si hoy no hay agua?
Don Augusto nos cuenta que de la edad de él quedan muy pocos, de setenta socios de la sociedad agrícola el Trapiche van quedando diez.
Cuando estuvimos a cargo del asentamiento, vimos la realidad. Con el tiempo íbamos a ir mejorando el estándar de vida de la gente del asentamiento, mejoras para la comunidad no sólo para el propietario.
Don Augusto dice que hoy serían una cooperativa de consumo, con lo más necesario de consumo para la gente. También comenta que la producción agrícola sería entregada a la cooperativa de consumo, para asegurar que la gente no pasará hambre. Finalmente dice “Lo que perdimos nosotros fue muy grande”. Agrega “en todo el mundo hay que trabajar, el que no trabaja no come”.
Dice Don Augusto “mi ideología siempre ha sido colectiva, el individualismo nunca va a ser bueno, siempre va haber pobreza”. Hoy el día a día es cada vez más difícil, por el individualismo.
Don Augusto nos pregunta: ¿Cómo se puede mejorar la cuestión agrícola? Dice: “Yo no veo como esto va a mejorar”. Argumenta que la propiedad privada de la tierra logra terminar con el poder del campesinado.
La primera versión de la entrevista fue corregida por Don Augusto, la leímos juntos y él hizo comentarios y precisiones.
A 50 años del Golpe de Estado, con un Río seco, me parece urgente recordar y honrar a quienes trabajaron y cuidaron la tierra desde una mirada colectiva. Hoy creemos que el capitalismo y el individualismo son la única opción, sin embargo, la memoria viva del relato de Don Augusto propone otra posibilidad de acercarnos a nuestra historia.
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