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Residencia en el valle de Longotoma, Colectivo Chasky

Actualizado: 2 ago 2023

Martes 1 de agosto. Salí desde La Serena a Pullaly a las 13:05. No tenía el espíritu muy afinado. Me sentía un poco decaída emocionalmente. Lloré un poco al despedirme de mi mamá. Las Residencias me dan una sensación de precipicio, por eso lo que llevo en mi maleta, cajas y bolsas es tan preciado; traigo conmigo pedazos que me acompañaran a construir mi espacio seguro.

Para trabajar con otrxs hay que fortalecerse, para mi es conectar con una fuerza antigua, con la herencia ancestral del habla y la escucha.

Me entregaron la casa, me dieron las indicaciones del cuidado de la luz y el agua. En la tarde-noche Ilia y Rubén me llevaron a conocer el río Petorca, con la luna casi casi llena.

Al día siguiente visité el Río Petorca, está detrás de mi casa, camino unos 5 minutos y estoy en medio de una memoria de lecho de río. Me presenté ante el Río, le compartí algunos de los materiales que traje para compartir durante la Residencia. Pies descalzos sobre la memoria del lecho del río. Me pregunté ¿Suena este río? Están sus piedras. Algo trae este río.

La memoria del río Petorca será la primera aproximación en mis primeros recorridos por el territorio.

La presentación va así: soy investigadora de prácticas comunitarias desde el oficio el textil. Lo que sea que construyamos, si decimos construir algo, se quedará en el territorio.

Fui a comprar, los miércoles llegan las verduras frescas desde La Calera. Pude cocinarme, repasar la mañana. Me instalé a bordar en la ventana. Llegó la señora Rosa, mi vecina y me invitó a ir a comprar el pan.

Caminamos contándonos la vida, escuchándonos mutuamente. Llegamos a la Panadería, la señora Rosa me presentó y expliqué el proyecto mientras esperábamos el pan.

“El río no va correr nunca más”, “el río está muy herido por las múltiples intervenciones que se le han hecho”.

Suspiré, les dije que, para no ponernos tristes, les quería proponer escuchar las historias antiguas del río. Sentí la sensación de tristeza larga y honda.

Sentir el dolor del río, de verlo seco hace años, no trataré de entender esto con la cabeza.

El río y la memoria de su cauce, traen a las voces que fueron protagonistas de la Reforma Agraria en este territorio. Este viernes me reuniré con el hermano de la Señora Rosa, Don Augusto. En la próxima entrada compartiré este encuentro.


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