“Lo que cuenta el viento” o “El diablo murió en Petorca”
Que la mujer es el primer medio ambiente es uno de los
principios originales. Durante el embarazo, nuestros cuerpos sustentan
una nueva vida. […] Las nuevas generaciones se alimentan en el
pecho de las mujeres. De los cuerpos de las mujeres, fluye la
relación de esas generaciones con la sociedad y con el mundo natural.
Pues de ese modo es también la Tierra nuestra madre, nos dicen
los ancianos. Y de ese modo es como las mujeres somos Tierra.
Katsi Cook, partera mohawk, 2007 (1)
La tercera y la última semana de agosto fueron difíciles emocionalmente. La voz del río Petorca que en Trapiche corre según la voz de muchxs subterráneamente, me invitó a adentrarme en las profundidades de mi propia historia. Se despertaron miedos y duelos que estaban durmiendo en mi interior.
Me gustaría escribir lo contrario, pero siento importante transparentar mis sentires con la comunidad del Trapiche del Valle de Longotoma.
Ser artista en Residencia es una experiencia transformadora, ya que las personas, los territorios y sus memorias remueven profundamente. Agradezco ser una mujer sensible, gracias a mi sensibilidad soy la persona que soy, sin embargo, para hacer arte con otros y otras necesito sentirme bien, contar con apoyos logísticos y sentirse parte de una comunidad; protocolos de cuidados mínimos.
La práctica de arte comunitario es un oficio, los artistas que cultivamos este oficio generamos una práctica donde se generan obras colectivas, sin embargo, si no hay cuidados mínimos ¿Podemos generar obras comunes?
Margarita Huerta de la Red Acuerpadas me escribió un mensaje el martes recién pasado, me preguntaba cómo estaba y me invitaba a la reunión de la Red el viernes 1 de septiembre. Le conté como me estaba sintiendo y me invitó a dar una vuelta hacia el interior del Valle de Petorca.
El jueves tomé el bus desde Trapiche a La Ligua. En La Ligua me encontré en el terminal con Margarita y partimos a la Quebrada del Pobre. Luego tomamos dirección El Carmen, La Higuera, Ingenio (donde vivió La Quintrala), Peñablanca, Montegrande, Cabildo, atravesamos el río San José, subimos la cuesta San José y cruzamos túnel La Grupa.
Al otro lado Artificio de Cabildo, después Pedegua. Llegamos a la cima del Valle de Petorca. Luego pasamos por Manuel Montt, Hierro Viejo (La Escalera del Diablo) y La Ñipa.
Llegamos a Petorca (entramos a la Iglesia). Cruzamos el río Petorca, seguimos a Chincolco, pasamos por el caserío de Polcura y luego por La Chimba. Entre Polcura y la Chimba nos encontramos con el río Tinto.
Llegamos a Chincolco, almorzamos en el restaurant Rincón Criollo, me mejoré de la panza sobre todo en el postre. Continuamos la ruta, pasamos por Los Olmos y por Calle Larga. Llegamos a río Pedernales, pudimos contemplar y escuchar al afluente superficial del río de Petorca.
La voz del río corriendo y verlo vivo en la superficie me dio energía. Sentí como el viento limpió y agitó las capas de faltas de cuidado.
“¡Hay que cuidar para ver crecer!”
La práctica comunitaria y los vínculos en general, se pueden sostener y cuidar a partir de la construcción de protocolos, donde se dialogan los cuidados mínimos y se deja claro a partir de acuerdos, a los roles y las responsabilidades concretas. Los protocolos permiten transparentar las responsabilidades logísticas y afectivas.
La Margarita, mirando el afluente del río Pedernales al final del recorrido, dijo: Hay que afrontar la situación de la crisis hídrica cambiando radicalmente nuestros modos y nuestros hábitos de como utilizamos el agua HOY, NO MAÑANA ¡Es urgente cuidar y reutilizar el agua!
Voy a cerrar esta entrada con la fuerza y la convicción que las acciones pequeñas transforman nuestro día a día. Si cuidamos vemos crecer. Si no cuidamos no.
(La próxima entrada será sobre la sesión compartida con la Red Acuerpadas y luego tendremos de invitada a Natalia Rebolledo de Un alto en el desierto, proyecto de la región de Coquimbo que recicla aguas grises y de la camanchaca).
(1) Inicio del capítulo 13 del libro Esto lo cambia todo El capitalismo contra el clima de Naomi Klein
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